LA CASA ARRIOLA

La Casa Arriola

Bienvenidos, apreciados lectores, a este recorrido por la historia y la arquitectura de nuestra ciudad. No pretendo disertar desde la erudición académica, sino compartir el asombro y la fascinación que despiertan en nosotros estos edificios, testigos mudos de la evolución urbana de León. Más allá de sus estructuras, nos hablan de quienes los imaginaron, los construyeron y los habitaron, dejando en ellos sus huellas imborrables.
En esta ocasión, nos detenemos ante la Casa Arriola, una construcción que, si bien hoy puede pasar inadvertida frente a la majestuosidad de la Casa Arce o la peculiaridad de la Huevera, supuso en su momento un hito en la modernización arquitectónica de León. Situada en la confluencia de la Avenida Roma con Ordoño II, la Casa Arriola observa desde su privilegiada ubicación el ir y venir de los transeúntes y el fluir incesante del tráfico en torno a la estatua de Guzmán el Bueno.

Su historia se remonta a la convulsa época de la Guerra Civil. Fue en ese contexto cuando la acaudalada familia Arriola-Sánchez Fernández-Chicarro decidió erigir un edificio que llevaría su nombre para la posteridad. La matriarca, Asunción Sánchez Fernández-Chicarro, confió el proyecto a los arquitectos Ramón Cañas del Río y Juan Torbado Franco, dos figuras esenciales en la transformación arquitectónica de la ciudad. Junto a Guisasola, responsable de la Imprenta Moderna y el Sanatorio Miranda, estos arquitectos fueron precursores del movimiento moderno en León, alejándose de los cánones clasicistas y apostando por líneas depuradas y soluciones vanguardistas.

Before After

Muchos estudiosos han señalado la influencia del Expresionismo Alemán y del experimentalismo madrileño en la obra de estos arquitectos. Hoy en día, la Casa Arriola puede parecernos discreta, pero imaginémosla en el León de los años cuarenta, dominado por edificaciones clasicistas y por imponentes construcciones que despertaban la admiración de los viajeros que llegaban a la Estación del Norte. Su innovadora forma ondulante y la ausencia de esquinas pronunciadas rompieron con lo establecido, aportando a la ciudad un aire renovador que contrastaba con el academicismo imperante.
Resulta sorprendente que en una época de censura, escasez y represión se permitiera la construcción de un edificio con un diseño tan rompedor. Algunos han aventurado que los promotores del proyecto podrían haber contado con ciertas conexiones favorables dentro del régimen. Otros, como Algorri, sugieren que el dinamismo del desarrollo urbano de León impedía detenerse en la carga ideológica o estética de una edificación concreta. Sea como fuere, lo cierto es que la Casa Arriola, con su estructura audaz y su renuncia a los ornamentos superfluos, marcó un hito en la arquitectura local.

Casa Cóndor y plaza de Guzmán el Bueno. 1929. LeónAntiguo
Proyecto de la Casa Arriola. 1940. León Antiguo

Una imagen de los años cuarenta nos permite contemplar el edificio aún en construcción, con su andamiaje alzándose sobre una Plaza de Guzmán el Bueno repleta de actividad. En primer plano, ciudadanos de la época disfrutan de un tentempié al pie de la estatua de Guzmán, sin sospechar que aquella construcción que crecía a sus espaldas pasaría a formar parte del paisaje urbano de la ciudad durante décadas.

Before After

Si alguna vez se encuentran en la glorieta de Guzmán y deciden detenerse para observar la Casa Arriola, les animo a mirar más allá de su aparente sobriedad. Descubrirán que su ausencia de ángulos rectos la convierte en una rareza dentro del panorama arquitectónico leonés. A su alrededor, otros edificios se alzan con sus líneas rectas y sus esquinas marcadas, pero la Casa Arriola desafía esa rigidez con su disposición circular, integrándose en el entorno con una fluidez inusual para su tiempo.
No es la única obra de sus arquitectos que sigue esta tendencia. En la cercana Avenida Roma 18 encontramos otro edificio que prescinde de esquinas en favor de una estructura más orgánica, anticipando lo que hoy llamaríamos diseño futurista. Lo más sorprendente es que este proyecto data de 1933, en una época en la que León aún convivía con los vestigios de una arquitectura decimonónica.

Before After

Pero la historia de la Casa Arriola no se limita a su impacto arquitectónico. Dentro de sus muros se han sucedido episodios memorables, algunos de ellos envueltos en el velo de la leyenda. Muchos recuerdan al doctor Germán Zimmerman, cuyo apellido alemán contrastaba con su leonés acento y cuya reputación llegó hasta los círculos más altos del país. Se dice que fue médico en el Palacio del Pardo y que atendió a la propia familia Franco, aunque, como toda historia transmitida de boca en boca, los detalles pueden haber sido embellecidos con el tiempo.

Proyecto de la Casa Arriola. 1940. Archivo Municipal. Daniel Casado. 2024.
Proyecto de la Casa Arriola. 1940. Archivo Municipal. Daniel Casado. 2024.

Sin embargo, si hay un episodio trágico ligado a la familia Arriola es el que ocurrió en 1945, cuando la familia sufrió una pérdida irreparable. Un suceso que marcó a la ciudad y del que hablaremos en el próximo capítulo de este recorrido por la historia de León. Les invito a acompañarme en esta nueva etapa del viaje, en la que exploraremos los destinos de aquellos que habitaron y dieron vida a los edificios que hoy nos rodean.

Plaza de Guzmán el Bueno. 1939-1940. LeónAntiguo
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Sin más preámbulos que un poco de contextualización, sigamos adentrándonos en la historia de la Casa Arriola, su familia y el trágico secuestro que segó la vida de Emilio Zapico Arriola.
Aunque en la actualidad la Casa Arriola pueda pasar inadvertida para muchos viandantes, en su día fue un hito arquitectónico que atrajo numerosas miradas. Como un Cicerone de la ciudad, siempre atento a la memoria de sus calles y edificios, no puedo sino rescatar la historia de esta construcción y la de quienes la habitaron.
Fue Asunción Sánchez Fernández Chicarro quien confió a los arquitectos Cañas del Río y Torbado la creación de un edificio singular destinado a albergar a su familia. La genealogía de los Arriola, a grandes rasgos, puede resumirse así: Asunción, promotora del edificio, contrajo matrimonio con Arriola, y fruto de su unión nacieron Manuel Arriola Sánchez-Chicarro, quien más tarde ocuparía la presidencia de la Caja de Ahorros de León, y Petronila Arriola Sánchez-Chicarro. Esta última casó con Bernardo Zapico, de cuya unión nacieron sus hijos, entre ellos Emilio Zapico Arriola, protagonista del suceso que nos ocupa.

Before After

El nombre de Emilio Zapico Arriola puede resultar poco familiar, pues con frecuencia su historia ha sido contada omitiendo los nombres de la familia, en un intento de preservar su intimidad tras la tragedia. Sin embargo, la meticulosa labor del periodista Daniel Álvarez de la Torre permitió rescatar los detalles de la Causa 415/45, documento que recoge el sumario completo del secuestro y asesinato de Emilio. Su investigación, junto con la novela de Julio Llamazares y la película de Julio Sánchez Valdés, constituye una fuente valiosa para quienes deseen conocer los pormenores de este oscuro episodio de la historia de León.

Casa Arriola y Guzmán el Bueno. LeónAntiguo
Casa Arriola, Ordoño II y Guzmán el Bueno. LeónAntiguo

Como ya se ha adelantado, Emilio Zapico Arriola era hijo de Bernardo y Petronila, y nieto de Asunción, la promotora de la Casa Arriola. Tenía un hermano, Antonio, que falleció a la temprana edad de diecinueve años en la guerra, y una hermana, María Asunción Zapico Arriola, quien fue testigo de los hechos.
La posguerra fue un tiempo despiadado para los maquis, perseguidos y ejecutados en las montañas leonesas. En este contexto, un pequeño grupo que se resistía a la captura ideó un plan para obtener recursos: secuestrar a un joven de buena posición social y exigir un rescate. El elegido fue Emilio Zapico Arriola. Su historia, que reúne elementos de tragedia y de novela de suspense, merece ser contada en detalle.

Portada de Luna de Lobos; Julio Llamazares. Booket.
Los Maquis. Daniel Álvarez de la Torre.

Corría el año 1945 cuando Emilio, con apenas 27 años, se encontraba en la casona familiar de Santibáñez del Porma. Ingeniero Agrónomo de profesión, seguía la estela empresarial de su padre, Bernardo Zapico, antiguo director de la Hullera Vasco-Leonesa. El 28 de septiembre llegó desde Valladolid conduciendo su Fiat Topolino, ajeno al funesto destino que le aguardaba. Esa misma noche, llamaron a la puerta tres individuos vestidos de guardias civiles. Petronila y su hija María Asunción abrieron, recibiendo la inesperada visita. Aquellos hombres afirmaban portar una orden de multa contra Emilio, acusado de haber suministrado armas al Ejército Rojo.
La familia, con una considerable fortuna, poseía en ese momento dos millones de pesetas reservados para la adquisición de una parcela. Confiando en la autoridad que representaban los falsos agentes, entregaron el dinero, pero esto no fue suficiente: Emilio fue tomado como rehén. Durante la madrugada, la familia regresó precipitadamente a León y, al amanecer, intentaron retirar 1,9 millones de pesetas del banco. Sin embargo, el personal bancario, alarmado por la elevada cantidad solicitada, alertó a las autoridades. Petronila confesó la verdad y se organizó un operativo policial para frustrar el rescate y salvar a su hijo.

Mapa del suceso. Daniel Álvarez de la Torre.
Puente de los leones y Guzmán el Bueno. LeónAntiguo

Los secuestradores indicaron a la familia que debía dirigirse a Boñar, donde ellos les contactarían. En el kilómetro 25 de la carretera entre Puente Villarente y Boñar, un hombre armado detuvo el vehículo en el que viajaban cinco agentes. El coronel Gallo, al mando de la operación, se había disfrazado de la madre de Emilio para hacer la entrega del dinero. Los secuestradores, al percatarse del engaño, abrieron fuego. La policía se vio obligada a retirarse y solicitar refuerzos en el pueblo de Lugán. Al regresar con más efectivos, estalló una batalla que se saldó con dos víctimas: el propio Emilio Zapico Arriola, que probablemente fue ejecutado tras descubrirse el ardid, y uno de los maquis, que murió tras ser herido de bala en el cuello.

Before After

Julio Llamazares, en su recreación novelada de los hechos, cambió los nombres y las relaciones familiares. En su relato, la madre de Emilio se convierte en la esposa de un empresario minero, y el rescate se desarrolla en un contexto literario de gran dramatismo. En un fragmento de la novela, se describe el momento en el que los maquis descubren la emboscada y la tragedia se consuma.
Debido a la extensión del artículo, se han omitido detalles adicionales que Daniel Álvarez de la Torre recopiló con admirable rigor periodístico. Para quienes deseen profundizar en este episodio de la historia leonesa, recomiendo consultar su investigación, que incluye testimonios de supervivientes, documentos oficiales y entrevistas con antiguos maquis que aún residían en León cuando se inició la investigación sobre el secuestro y asesinato de Emilio Zapico Arriola.

Before After

Con respeto a la memoria de los hechos, este Cicerone de León deja atrás la Casa Arriola, siguiendo su recorrido por los rincones de la ciudad, rescatando las historias que han tejido su identidad a lo largo del tiempo.

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